La Tundra
La tundra es un bioma que se caracteriza por su subsuelo helado, falta de vegetación arbórea, o en todo caso de árboles naturales, por lo que es debido a la poca heliofanía y al estrés del frío glacial; los suelos están cubiertos de musgos y líquenes y son pantanosos con turberas en muchos sitios. Se extiende principalmente por el Hemisferio Norte: en Siberia, Alaska, norte de Canadá, sur de Groenlandia y la costa ártica de Europa. En el Hemisferio Sur se manifiesta con temperaturas mucho más parejas durante el año y en lugares como el extremo sur de Chile y Argentina, islas subantárticas como Georgia del Sur y Kerguelen, y en pequeñas zonas del norte de la Antártida cercanas al nivel del mar.
La tundra ocupa aproximadamente un quinto de la superficie emergida, subiendo las latitudes en dirección a ambos polos del planeta comienzan (entre los 45 y 60°, tanto norte como sur) las zonas de tundra, bajando estas latitudes se suelen encontrar bosques de coníferas (en el Hemisferio Norte piceas) con algunas betulaceas enanas (es decir la taiga), en el Hemisferio Sur con bosques y selva húmeda fría antiboreal de fagáceas seguidos de coníferas australes.
Factores bióticos y abióticos en la tundra
Factores abióticos-física, o no vivos, los factores que da forma a un ecosistema Factores abióticos-Física, o no vivos,
los Factores Que da forma un Ecosistema de las Naciones Unidas
Los fuertes vientos fuertes vientos
precipitaion poco (lluvia) precipitaion Poco (Precipitaciones)
días cortos de verano Días Cortos de verano
muy largos y fríos inviernos y Muy Largos inviernos Fríos
Suelos pobres Pobres del suelo
el permafrost-una capa de subsuelo permanentemente congelado El permafrost-Una capacidad de Subsuelo permanentemente congelado
Factores bióticos influencias-biológicos sobre los organismos dentro de un ecosistema bióticos-biológico influye en
los Factores Sobre los Organismos Dentro Ecosistema de las Naciones Unidas
Las plantas como brezos y musgos tienen que adaptarse a los inviernos muy largos y fríos, porque el sol no aparece en el
invierno de Las Plantas de como musgos y brezos Tienen adaptarse Que un Largos y los Fríos inviernos muy por que el sol no
aparece en El invierno
Vida Silvestre, como la tundra ártica animales incluyen búhos de las nieves, renos, osos polares, zorros blancos, lemmings,
liebres árticas, glotones, caribúes, aves migratorias, mosquitos, moscas y negro. Vida Silvestre, de como la tundra Ártica
Animales incluyen búhos de las nieves, Renos, polares osos, zorros blancos,
lemmings, liebres árticas, glotones, caribúes, Migratorias aves, mosquitos, moscas y negro.
Flora de la Tundra
La vegetación es muy escasa y en verano se desarrollan musgos, líquenes, sauces, abeto, pino enano y campanillas.
Fauna de la Tundra
Existen animales migratorios y permanentes, los más comunes son: oso polar, focas, pingüinos, lobo ártico, zorros, renos, toro almizclero, ratones, lemming, patos y cisnes.
El suelo es muy pobre y el manto vegetal es delgado, pero de los más resistentes del mundo. Está formado por líquenes, gramíneas y juncos. En pocas semanas, aprovechando el corto verano, germinan, se desarrollan y se reproducen.
Las vida animal presenta un gran interés. Por una parte, como se ha comentado, abundan los insectos en la época de deshielo. La unión de grandes cantidades de insectos y la proliferación de las plantas hace que sea un lugar ideal para la nidificación de un gran número de aves migratorias. Acuden aquí desde todo el mundo y en pocas semanas se alimentan de insectos y semillas con gran intensidad, aprovechando además la larga duracion del día ártico. En poco tiempo pueden cebar a sus crías acortando el tiempo de este peligroso periodo de sus vidas. Grullas, ánsares, cisnes, limnícolas (correlimos, zarapitos, archibebes, …) y un largo etcétera de especies de aves crían en la tundra.
Entre los fitófagos (consumidores primarios) se encuentran el reno, el buey almizclero, el lobo, la liebre ártica, los ánsares, las limnícolas y el lemming. De ellos se alimentan el halcón gerifalte y el búho nival, el zorro ártico y, por encima de todos, el oso polar.
En el litoral hay abundancia de focas, nutrias y otros mamíferos marinos.
El impacto del hombre sobre este ecosistema está muy unido, en la actualidad, a la explotación de recursos petrolíferos y minerales; e irá aumentando en los próximos años, si no se controla adecuadamente.
El ecosistema de la tundra es muy sensible a cualquier alteración y su capacidad de recuperarse muy limitada. La destrucción de su cubierta vegetal provoca que el permafrost del suelo se descongele y sature de agua el terreno con la consiguiente pérdida de suelos. La vida animal es particularmente sensible a la destrucción de su entorno, viéndose afectada directamente por la caza excesiva, que puede conducir a la extinción de cualquier especie animal o vegetal de esta frágil e interdependiente comunidad biológica.
Paisajes de la tundra:
Habitualmente en la tundra se distinguen tres subregiones latitudinales: la tundra ática, la tundra arbustiva y la tundra típica.
· Tundra ártica:
En la región ártica de la tundra, el corto y fresco periodo vegetativo hace imposible el desarrollo de los arboles. Diversas matitas resistentes al frío, a menudo verdes todo el año y microfilas, y sauces enanos, se reúnen allí para formar matorrales bajos; en las faldas meridionales más templadas se hallan todavía praderas ricas en especies; pero por lo demás aguazales ricos en musgos y cárices, cuya formación viene favorecida por el hecho de estar el suelo permanentemente helado en profundidad, y sobre todo pedregales poblados principalmente de musgos y líquenes, constituyen el cuadro típico de los gélidos desiertos conocidos con el nombre de “tundra”.
El centro de, el oeste y el norte de Europa pertenecen casi por entero a la Gran Región Nemoral Eurosiberiana. En sus bosques aciculifolios siempre verdes, que constituyen una faja que va ensanchándose hacia el Este y soportan incluso los inviernos más fríos de Siberia (temperaturas medias de enero inferiores a -40ºC) y que en las altas montañas llegan hasta latitudes mucho más bajas, predominan en inmensas extensiones pinos, abetos rojos, abetos y alerces. Generalmente es estos bosques domina una sola especie. Sólo en pequeña cantidad y especialmente en los claros naturales y artificiales les acompañan algunas especies planifolias, como abedules, alisos, álamos y sauces. Con estos bosques de coníferas limita por el sur una faja de bosques planocaducifolios que pierden la hoja en invierno. En el interior de Asia esta faja se hace muy estrecha y aun llega a faltar por completo.
La tundra ártica extiende sus dominios hasta el desierto polar. Lo más característico es que la vegetación se dispone en forma de retículo, dejando en la malla extensiones más o menos grandes de suelo desnudo, que constituye en elemento dominante del pisaje, llegando a suponer hasta el 50% de la superficie. El hielo convierte el suelo en una interminable sucesión de grietas, fisuras, y montículos. Los musgos, aunque muy importantes en el conjunto de la vegetación, no forman un manto continuo y uniforme, lo cual permite, además, un mejor calentamiento del suelo. Así, por más que el clima de esta zona sea mucho más crudo que en la tundra típica, el ambiente está más diversificado y ofrece más oportunidades de colonización; de modo que, paradójicamente, la vegetación no es más pobre. Por supuesto, los arbustos faltan por completo, si exceptuamos el minúsculo Salix Polaris que vive entre los musgos dejando asomar tan solo las inflorescencias y las hojas superiores. Ciertos grupos de plantas, muy abundantes en la tundra típica, aquí faltan o están muy mal representados -por ejemplo, las ciperáceas. Otros, en cambio, cobran una importancia inusitada: las gramíneas, por ejemplo, que llegan a formar céspedes, o multitud de hierbas dicotiledoneas- géneros Saxifraga, Draba, Luzula, Papaver, etc.- que en la tundra típica vivían recluidas en biotopos muy localizados.
· Tundra arbustiva:
En la tundra arbustiva (la más meridional), el tapiz muscinal dominante aparece interrumpido por un estrato discontinuo, de medio metro de altura, compuesto de alisos, abedules y sauces arbustivos (Alnus crispa, Betula nana, Salix arcrica, respectivamente). A su abrigo crecen plantas herbáceas tanto monocotiledóneas (gramíneas, ciperáceas) como dicotiledóneas, además de algunos arbustos enanos como Salix herbacea, Vaccinium uliginosum y otros. En conjunto, buena parte de la flora de esta tundra procede de las formaciones vegetales más meridionales.
· Tundra típica:
La tundra típica, situada más al norte, es el reino de los musgos. Éstos forman un denso tapiz de 5 a 7 centímetros que domina todo el paisaje, prestándole una gran monotonía; como más abundantes (Hylocomium splendens, Tomenthypnum turgidum, Rhaconitrium lanuginosum, y diversas especies de Dicranum y Polytricum. Junto a los musgos, la vegetación herbácea más abundante está representada por diversas especies de Carex, en particular C.ensifolia. Los líquenes, de los que xiste una extraordinaria diversidad, solo cobran importancia en hábitats puntuales, como los suelos arenosos o rocosos.
Cadenas tróficas de la tundra:
Las mayores plantas de la tundra son casi todas leñosas; forman ralas agrupaciones de abedules y sauces, que en la madurez apenas llegan a la altura de las rodillas. También abundan los miembros de la familia de los brezos: la mayoría dan frutos en bayas y son parte importante de la dieta de muchos animales de la tundra; incluso el oso polar se atiborra de bayas de arándano de los pantanos, durante el otoño. Con las plantas leñosas crecen plantas herbáceas, que a menudo sobrepasan en altura a las primeras y que en verano proporcionan una breve explosión de color, para morir al aproximarse el invierno.
La fauna de la tundra es de una sorprendente riqueza para un medio que parece tan inhóspito. Entre los animales mayores está el buey almizclero y, en verano, el reno (Caribú en Norteamérica). Los predadores son menores: lobos, zorros árticos y glotones, que se alimentan sobre todo en ssliks, topillos y lemmings. Estos mamíferos se hallan adaptados al frío, mediante su pelaje espeso y cálido y una capa de graso bajo la piel. El peligro de congelación de las extremidades queda reducido por su forma compacta y sus hocicos, orejas, y colas cortas.
Animales típicos de la tundra:
· Archibebe:
Nombre común de diversas aves caradriformes de la familia de escolopácidos del género Tringa, de 23 a 38 cm de longitud, de tronco esbelto y alargado, cuello fino, pico duro y recto, más largo que la cabeza, y plumaje abundante y poco variable en las distintas épocas del año.
Se nutren de crustáceos, moluscos, gusanos, etc.
· Armiño:
Carnívoro que mide alrededor de unos 30 cm desde el hocico a la cola. El pelo, delicado y extremadamente suave, ofrece tonalidades de distintas según las estaciones: en invierno es completamente blanco (a excepción del final del rabo, que es negro) y en verano es pardo claro por encima, amarillento por debajo y tiene la cola negra. Es un animal audaz y feroz, que come toda clase de aves, peces, reptiles e incluso cangrejos de ríos.
· Barnada canadiense
· Búho nival
· Bisbita gorgirrojo:
En plumaje nupcial presenta el cuello y la parte alta del pecho de color rojo óxido. Esta especie, propia de las tundras pantanosas, se distribuye por la amplia región comprendida entre Escandinavia y la península de Kamchatka, y nidifica en las regiones boreales de Eurasia. En España aparece con relativa frecuencia durante ambos pasos migratorios.
· Buey almizclado
· Chorlito carambolo:
Carádrido de longitud no superior a 20 cm, que en verano muestra un peto de color gris pizarra, separado del abdomen, que es de color herrumbroso, por una fina franja de plumas blancas; la cabeza es oscura y está atravesada por una delgada lista blanca que cruza los ojos y se extiende hasta la nuca. Anida en terrenos elevados y, por lo general, con escasa vegetación; frecuenta zonas preferentemente arenosas y de tundra. Durante la migración se le encuentra también en praderas de llanura, en zonas pantanosas o en costas marinas.
· Chorlito dorado:
Es de procedencia asiática y norteamericana. De tanto en tanto aparece como divagante en Gran Bretaña, Irlanda, Países Bajos, Italia, Noruega y España.
· Cisne:
Hay 5 especies de cisnes en el hemisferio norte. Estas están totalmente revestidas de un plumaje completamente blanco.
· Collalba gris
· Combatiente:
Caradriforme de más de 30 cm de longitud. De color pardo, moteado de negro y de gris, que se caracteriza por el collarete y las orejas que le adornan la cabeza (y el cuello de los machos en la época reproductiva), y cuyos tonos, muy variables, presentan todas la combinaciones posibles entre le pardo, el negro, el rojo y el blanco.
· Escribano nival:
Son generalmente granívoros. Su pico es corto, de base ancha. Los machos tienen coloración brillante o presentan dibujos marcados en el plumaje. Anidan en árboles, en arbustos, en el suelo o en grietas.
· Gallo de las artemisas
· Grizzlli: Ver oso pardo americano.
· Grullas americana:
Mide unos 127 cm de longitud, es de plumaje blanco, con las remeras negras y la cabeza predominantemente roja. Las grullas son aves terrestres cuyo aspecto recuerda, superficialmente el de las cigüeñas. Tienen las secundarias interiores muy alargadas y cuelgan por encima de la cola. Cuando levantan el vuelo adoptan una formación en “V” en filas sucesivas, especialmente durante sus importantes migraciones. Se alimentan sobre todo de sustancias vegetales (raíces, granos, bayas y otros frutos), pero también insectos y larvas, gusanos, caracoles, y pequeños vertebrados. Gracias a la estructura de su tráquea emiten agudos sonidos a modo de trompeta. Gregarias y migratorias las grullas llevan a cabo ceremonias nupciales características no necesariamente unidas con la época del celo. Anidan en el suelo y suelen poner dos huevos por nidada. Al cabo de un mes nacen las crías que tardan unas diez semanas en poder volar y alcanzar una completa autonomía. En otro tiempo criaba en cualquier marisma de las praderas norteñas e invernaba en la costa de Florida y México, pero la destrucción de sus biotopos, la mecanización de la agricultura y las matanzas incontroladas la dejaron al borde de la extinción.
· Halcón gerifalte:
Mide más o menos de 51 a 56 cm de longitud. Es el mayor de los falcónidos y el de mayor jerarquía cetrera en la antigüedad. Tiene una coloración uniforme, clara y sin existencia y vestigios de bigotera. Algunos individuos de la subespecie de Groenlandia son casi blancos. Vive en el campo agreste rocoso abierto, costas e islas. Cría en los acantilados rocosos. Está difundido por una estrecha franja alrededor del polo norte, en Eurasia y América del Norte.
· Havelda
· Lechuza polar:
Con su vuelo extremadamente silencioso, caza al lemming por sorpresa durante la noche, que es cuando despliega su verdadera fase activa. Posee un oído muy sutil y lo utiliza para dirigir sus acciones de ataque y salvaguardia. Cuando el lemming escasea se ve obligada a emigrar al sur.
Puede resistir largos días sin comer, circunstancia que favorece la supervivencia en estos parajes donde hallar comida es muy difícil.
Construye su nido, aplanado y de escasa consistencia, entre el mudgo. Deposita un número variable de huevos, que depende de la abundancia que denoten los lemmings en sus ciclos.
· Lemmings
· Liebre ártica
Los primeros carnívoros verdaderos de los que se tiene noticia vivieron hace unos 40 millones de años y pertenecían a la familia de los miácidos. Algunos de estos carnívoros primitivos evolucionaron y, antes de que finalizara el eoceno superior, dieron paso a los primeros cánidos, una de las familias más antiguas del orden de los carnívoros, a la que pertenecen los lobos. Tras la parición de estos primeros carnívoros, la evolución fue algo más lenta y tuvieron que pasar más de 30 millones de años para que surgieran especies del género Canis.
Sin embargo, el lobo no hizo su entrada en escena hasta hace unos dos millones de años, aunque pocos miles después ya había colonizado el continente americano, Groenlandia, Europa, y Asia.
El lobo vive en manadas muy jerarquizadas, que se articulan en torno a la pareja dominante. En la mayoría de los casos, es el macho dominante, el que dirige la manada; él es quien escoge territorio, quien toma la iniciativa en la caza y en los desplazamientos del grupo, quien vela por su seguridad y quien mantienen el orden en su seno. Cuando el macho dominante muere, la manada pierde su cohesión y se disgrega, mientras que si es la hembra quien desaparece, el grupo sólo sufre una alteración pasajera. Sin embargo, y pese a ser el macho dominante quien decide todo, muchas veces es la hembra dominante o algún macho subordinado de lato rango quien conduce la manada a la caza. Pero incluso en estos casos siempre es el macho dominante el primero en empezar a comer. En el seno de la manada, cada lobo tiene su posición y no es tanto la edad, la fuerza o la agresividad, sino la inteligencia y la idoneidad de la conducta y la capacidad de mando permiten que uno de ellos se imponga sobre los demás.
Las hembras alcanzan la madurez sexual hacia los dos años de edad y los machos hacia laos res, pero dentro de una manada la única que tiene derecho a reproducirse es la hembra dominante y esta le es casi siempre fiel al macho dominante. La reproducción tiene lugar en marzo para que, después de dos meses de gestación, las crías nazcan a finales de mayo. Los cachorros, seis por camada como media, nacen sordos y ciegos y pesan entre 300 y 500 g. Al cabo de 3 semanas, los cachorros abren los ojos y dan sus primeros pasos, y sobre las seis semanas empiezan a ingerir carne.
· Oso pardo americano:
El oso es un animal totémico en las culturas paleolíticas y neolíticas del hemisferio norte, y continua siendo un animal emblemático en la cultura occidental. Por su gran tamaño y su aspecto casi humano cuando se yergue sobre sus patas posteriores, ocupa un lugar indiscutible en la heráldica, la historia la leyenda
Con su cuerpo pesado y su andar plantígrado, el oso parece un animal torpe y de movimientos lentos; sin embargo, posee una gran agilidad. Es un animal de reacciones imprevisibles y puede ser peligroso, sobre todo por las particularidades de su conducta reproductora. Las hembras defienden como tesoro a su escasa progenie de cualquier intruso y los machos se enfrentan a sus oponentes en una lucha feroz por el apareamiento. Pero dado que las hembras están en celo durante un breve período los machos intentan copular con el máximo número de hembras y, para evitar el peligro de enfrentamiento con otros machos de la misma talla, los expulsan de su territorio y matan a los más jóvenes. Si algún hombre entra en su territorio, en la época de reproducción, los osos (debido a su miopía) los confunden con uno de sus congéneres y lo matan. En verano, cada tres años, la hembra se aparea, pero el óvulo fertilizado no se implanta de inmediato en el útero, sino que entra en una fase de que se prolonga hasta bien entrado el otoño. Esto permite que la hembra consiga grasa suficiente para alimentar a su feto. La gestación dura unos meses y, por lo general, la hembra da a luz en enero, más o menos 3 crías que nacen ciegas, sordas y recubiertas de un escaso pelo.
El letargo invernal del oso no es una hibernación verdadera porque, si bien el ritmo cardiaco se hace 5 veces más lento durante las primeras semanas, la temperatura apenas disminuye. Así si alguien entra en su cueva este advierte de inmediato.
· Oso polar :
Su presencia está ligada a las focas, su principal alimento, y sigue aproximadamente el límite meridional de la banquisa. Tiene una longitud variable entre 2,20 y 2,50 m, una cola de hasta 12 cm, una altura hasta la cruz de 1,60 m y un peso que puede sobrepasar los 700 Kg., aunque suele menor (sobre los 400 Kg.).
Es un caminante insaciable y está obligado a realizar enormes desplazamientos para ir en busca de sus presas. Es un óptimo nadador y en verano “navega” sobre los hielos que flotan a la deriva.
No está sujeto a un periodo invernal, a excepción de las hembras que se construyen una especie de madriguera en la nieve, donde paren en marzo-abril, después de 9 meses de gestación.
Éste es el oso más carnívoro y depredador. Se alimenta de focas, peces, zorros polares, liebres, y ocasionalmente de renos y cualquier otro tipo de animales que pueda capturar en su entorno.
Estuvo amenazado de extinción a causa de la caza, que se cobró un pequeño tributo durante los últimos decenios. En la actualidad, se le considera una especie vulnerable, puesto que, aunque en El Acuerdo para la conservación de los osos polares se establecía que las naciones debían proteger su hábitat, algunas poblaciones (sobre todo de los esquimales de Alaska y Canadá) lo siguen utilizando para su sustento.
· Págalo parásito
· Págalo rabero
· Remo americano o Caribú
· Serieta mediana
· Zorro ártico:
El zorro polar no goza en verdad de una existencia muy acomodada: no sólo tiene que enfrentarse con un clima que durante la mayor parte del año es hostil, sino que también tiene que resolver el problema de la falta de alimento. Su tamaño, para hacerle las cosas menos difíciles, es bastante reducido, pero de esta manera también es cierto que él mismo puede terminar sirviendo de alimento a otros muchos predadores.
EL zorro polar es un óptimo ejemplo de la llamada “regla de Allen”, según la cual los animales árticos, para evitar dispersiones del calor, tendrían que reducir el desarrollo de superficies en todas las extremidades. En efecto, sus patas son relativamente cortas, las orejas pequeñas, en hocico prominente, la cola no excesivamente larga además de muy pilosa. Ha sido plasmado, en resumen, con exigencias diametralmente opuestas respecto a las del fenec, que posee orejas enormes y hocico largo para aumentar la posibilidad de intercambios de calor.
El zorro ártico es asimismo el único cánido existente sujeto a un cambio de color del pelo de una estación a otra. El pelaje estival es marrón el lomo y amarillento sobre el abdomen, mientras que su piel invernal es blanca. El color blanco es asumido en previsión del invierno mediante un mecanismo que no es propiamente una muda: cada pelo crece en considerable medida, se desgasta y se escama en su parte interior pigmentada, hasta que se vuelve completamente blanco. El fenómeno afecta al denso y blando vellón como a los folículos primarios, de tal manera que, en su conjunto, el animal parece gradualmente descolorido, adaptándose al paisaje cubierto de nieve en la mala estación. La verdadera muda se produce en primavera, con el retorno al pelaje pigmentado inicial. En cada población de zorro polar existe una pequeña parte de individuos con una fuerte tonalidad azul en la pelambre en cualquiera de sus dos vellones, estos son muy aclamados por los cazadores.
La reproducción de esta especie tiene lugar avanzada la primavera, y los pequeños zorros árticos se muestran muy prolíficos: una hembra pare normalmente una docena de cachorros y, en casos excepcionales, hasta veinte. En las durísimas condiciones del invierno ártico, todos los individuos tienen pocas probabilidades de supervivencia, por los que cuantos mayor es el número de crías mayor es la probabilidad de que alguna llegue a sobrevivir.
Después de tres meses transcurridos en una cueva bajo los cuidados de su madre los cachorros salen a afrontar el mundo, pero todavía tienen que aprenderlo todo. Mientras los lemmings sean una presa fácil los cachorros tienen la supervivencia asegurada.
El zorro polar sobrevive tenazmente en cualquier circunstancia, diezmado por el hambre, el frío, la avidez del hombre; cada año vuelve a multiplicarse gracias a su obstinada y maravillosa adaptabilidad a cualquier circunstancia.
Vegetación en la Tundra:
El número de especies vegetales de la tundra es pequeño y su crecimiento escaso. El periodo vegetativo de las plantas es corto y se suelen reproducir asexualmente, por división o por yemas, en vez de hacerlo por polinización.
La vegetación típica del Ártico la componen hierbas ciperáceas y arbustos enanos de la familia de las ericáceas, junto con asociaciones de musgos y líquenes. Estas comunidades vegetales están adaptadas a los fuertes vientos y a las alteraciones producidas por el hielo en los suelos. Todas pueden realizar la fotosíntesis a bajas temperaturas y con poca intensidad de luz durante los largos periodos de luz diurna de la tundra.
Las comunidades vegetales de montaña están integradas por plantas enmarañadas que no se dan en el Ártico. Estas plantas se adaptan a los vientos racheados, las fuertes nevadas y las grandes fluctuaciones térmicas. Realizan la fotosíntesis bajo una luz muy intensa durante los cortos periodos de luz solar.
Algunas de las especies vegetales son:
· Abedul enano
· Arándano
· Cañuela algodonosa
· Cárex
· Dríade
· Enebro
· Epilobio
· Erióforo del Ártico
· Gayuba
· Liquen
· Liquen anaranjado
· Anillo de liquenes
· Musgo
· Pulguera de los pantanos
· Ranúnculos
· Romero de los pantanos
· Sauce del Ártico
· Sauce enano
· Saxifraga
· Têtes de femmes
Insectos de la tundra:
Para poder con eficacia el rigor climático del invierno polar, los insectos, han adoptado el sistema de supeditar su ciclo evolutivo al de las frías temperaturas, salvándolas mediante fases de largo letargo.
Por este motivo su desarrollo larval es muy lento y el período de nínfosis coincide con la larga estación invernal. Al llegar al verano, la temperatura vivifica a los insectos, que entran en su fase de vida activa. Sus funciones de reproducción se ordenan atentas de la estación de verano.
Los coleópteros son las moscas o dípteros. Los lepidópteros son los más coloridos y bellos con sus grandes alas abiertas a la luz. Decoran su cuerpo caprichosos dibujos y sus alas presentan tonalidades claras. Esto se toma como medidas de discreción.
Nacidos en el colchón de musgo aparecen otros muchos insectos, en especial mariposas. El género oeneis, por ejemplo, vive en medios muy extremos y, por sus antepasados congelados entre el hielo, tenemos noticia
s de su evolución.
Las “polillas Búho” pertenecen al género anarta y presentan unos colores sobrios salpicados con gamas más alegres.
ACTUACIÓN -->HUMANA
La especie humana se ha extendido hasta alcanzar los más recónditos lugares del planeta.
Las relaciones entre la antroposfera y el resto de la biosfera no han sido nunca plácidas. El progreso humano, como quiera que éste se desee valorar, se asocia a un consumo creciente de energía, a la liberación al entorno de sustancias contaminantes, a la sobreexplotación de recursos naturales y a la modificación del territorio, inevitablemente acompañada de la destrucción del hábitat de otras especies.
Aunque el impacto de las actividades humanas sobre la biosfera no difiera en esencia de otros impactos “naturales”, son tan comunes y extendidos, y están incrementándose a tal velocidad, que amenazan con producir cambios globales de un alcance de prever, y ya han ocasionado una crisis de biodiversidad que no tiene precedentes en los millones de años de historia evolutiva del planeta.
Desde que abandono la simple ocupación de cazar y de recoger lo que encontraba por el mundo para dedicarse a la ganadería y a la agricultura, el hombre ha dejado sentir su influencia en todos los ecosistemas, utilizando su enorme poder con auténtico albedrío para el bien y para el mal y reajustando, mejorando o destruyendo hábitats de un modo que ninguna otra especie ha podido imitar.
Ha conseguido su crecimiento demográfico y la ampliación numérica de sus ciudades y caseríos a costa de otros hábitats, que alteró a su gusto y de acuerdo con sus necesidades. En el curso de tal proceso, ha desplazado la vida silvestre y ha exterminado algunas especies, mientras que otras están a punto de desaparecer. Al usar defectuosamente la tierra ha creado estériles depresiones polvorientas y yermos desiertos inútiles. Pero también, al trabajar otras tierras juiciosa y sabiamente, las ha mejorado: mediante el empleo inteligente del agua, varias zonas desérticas se transformaron en vergeles productivos.
El hombre ha creado refugios para los animales salvajes y ha “quitado del medio” regiones selváticas, para salvar especies que la expansión humana ponía en peligro. El Orix africano, amenazado en Arabia, recibió asilo en Arizona. Aniquiló el Cuaga y el Springbok o antílope saltarín de África, la paloma transeúnte de América y el lobo marsupial de Tasmania. Casi acabó del todo con el bisonte que, en cantidades astronómicas, habitaba la Gran Pradera Norteamericana.
La cuestión que se plantea es que biosfera pretendemos preservar para las generaciones futuras: una biosfera pobre y banal o una biosfera de inalcanzable riqueza resultado de millones de años de evolución. El futuro de la vida salvaje, en especial el de los grandes carnívoros, y animales de caza mayor, está en manos del hombre. Éste puede destruirlos o dejarlos en paz; vivir con ellos o sin ellos. Conservarlos significa compartir espacio vital con dichos seres, o proporcionarles un lugar para su uso exclusivo. Pero esto es sólo un aspecto de la conservación, esta también significa el empleo sensato de los recursos de la vida salvaje.
El efecto que ha producido el hombre desde el principio de los tiempos ha sido:
Relación
Hombre aaaaaaaaaaaaaaaaaaa Medio ambiente aaaaaaaaaaa
Producen
provocan
Alteraciones en el medio ambiente
Dan lugar a
La contaminación:
El hombre como destructor:
América sufrió las consecuencias y los efectos negativos de malos tratos que se prodigaron a sus tierras y a sus bosques. No tiene nada de sorprenderte: los labradores y ganaderos, inmigrantes de países que llevaban mucho tiempo establecidos unos sistemas agrícolas de productividad espléndida. Realizaron operaciones inmensas, mortales a veces, sin sospechar que lo que fallaba era cirugía. Utilizaron el arado donde no debían roturar, talaron árboles que no tenían motivo alguno para derribar y ocasionaron grandes daños antes de darse cuenta de que los procedimientos utilizados en sus países de origen eran improcedentes en muchos lugares de América. El viento desnudo el suelo, el agua erosiono los montes talados y las vertientes desprovistas de forestación no impidieron que se inundasen los valles.
El hombre utiliza todavía el fuego como herramienta para trabajar la tierra. Lo emplea principalmente para quemar los pastos secos y revitalizar así los brotes de la hierba que alimentan que alimentan a su ganado.
Los incendios provocados constituyen un serio problema en la tundra. Al abrasar los líquenes, puede destruirse el alimento de los animales. Esto es un gravísimo problema para los esquimales que se alimentan de los animales.
El medio ambiente de los seres humanos es la biosfera, y hacia ella se debe extender la responsabilidad de conservarla, no tanto porque los humanos se hayan extendido por todo el planeta, sino porque los efectos de sus actividades han alcanzado todos los extremos de la biosfera.
La conservación del medio ambiente se produce en muchos frentes simultáneos, como la conservación de la biodiversidad, la lucha contra la erosión o la lucha contra la contaminación, pero en todos los casos se puede apreciar una tendencia común: los problemas son globales y las soluciones deben emerger de la solidaridad y cooperación internacional. Un conocido leitmotiv del ecologismo lo define bien: piensa globalmente, actúa localmente.
Todos los niveles de organización (como la especie, la comunidad, el ecosistema o el paisaje) pueden ser sujeto para la conservación. Con frecuencia, sin embargo, las acciones de conservación del medio actúan simultáneamente a varios niveles. Por ejemplo, la recuperación de hábitats incide sobre el paisaje; la recuperación del paisaje, sobre la conservación de especies; la conservación de especies, sobre el ecosistema; y la conservación del ecosistema, sobre sus comunidades.
El hombre como productor:
Al cultivar una sola clase de producto agrícola en zonas amplias, el hombre crea situaciones simples en las que existen muchas posibilidades de que las plagas se conviertan en problemas serios. Para hacer frente a ello, el hombre recurre a los poderosos pesticidas, pero esos productos potentes pueden afectar a todo el ecosistema, atacando a otras especies de plantas y animales que no constituye la plaga. Esto, por suerte, no sucede en la tundra ya que el hombre no ha sido capaz de cultivar en ella.
Ante el fracaso de algunos de los pesticidas, el hombre ha reaccionado inventando nuevos pesticidas más fuertes y mortales (no solo para la plaga). La esperanza, en lo que se refiere el futuro, reside en una regulación biológica más completa, y en el empleo de pesticidas que den en un solo blanco. Hoy en día se utilizan pesticidas creados gracias a la genética, ya que permiten que el pesticida afecte solo a especies con un código genético determinado o que no sean inmunes a una determinada enfermedad.
Los pesticidas avanzan por la cadena alimentaria, y los más fuertes consiguen fijarse en los últimos depredadores.
Los pesticidas se utilizan con el fin de incrementar la producción de alimentos con los que nutrir a una población mundial que es cada vez más numerosa. Uno de los inconvenientes con los tropieza el hombre es de la imposibilidad de comer hierba o heno, así que utilizamos a los animales para que lo hagan por nosotros y después nos comemos a esos animales.
Amenazas en la Tundra:
En el año 1997 la humanidad deja el Ártico en manos de las multinacionales petroleras. Varias de las mayores compañías del mundo pusieron a punto estrategias para iniciar la explotación petrolífera en aguas del Ártico: las empresas enviaron al norte de Alaska sus barcos de prospección sísmica previos a la instalación de plataformas petrolíferas.
Lo que la humanidad no sabía, o no quería saber, es que estaba dejando en manos de grandes multinacionales una de las zonas de alto valor ecológico y de gran fragilidad, relativamente bien conservada hasta el momento, y que son los hábitats naturales de especies singulares que solamente pueblan áreas muy restringidas del planeta: los osos polares, los narvales, distintas especies de focas y leones marinos, los caribues y las morsas. Pero además, alrededor del círculo polar se encuentran algunas de las pesquerías más importantes del mundo, y un buen número de especies de ballenas que pasan parte de su ciclo migratorio en aguas árticas. Pero también viven desde hace siglos comunidades humanas de Inuits y Aleluts, entre otros pueblos nativos del continente americano. Al llevarse cabo la explotación petrolífera de las aguas del Ártico, la supervivencia de estas comunidades está en peligro como también la duración de los recursos naturales de los que dependen estas comunidades.
Conclusión:
Todas las conclusiones de las amenazas que representa el hombre para el planeta se reúnen en dos frases:
· “La tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la tierra. Lo que el hombre le haga a la tierra, se lo hace a sí mismo”.
· “Cuando hayamos matado al último animal, cuando hayamos envenenado el último campo de cultivo y cuando hayamos contaminado el último río, nos daremos cuenta de que el dinero no se come.”
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